enero 27, 2011

Fuego Bajo la Piel - Nuevos Videos

Por mi parte,
te devuelvo tu promesa de adorarme...
(Álvaro Carrillo)


Hay promesas de fuego "sacrosanto" (Sí, les advierto que voy a adentrarme en el terreno de lo ampuloso desde el inicio). Palabras que son nuestras más íntimas leyes y que forjan el carácter y la voluntad; promesas que sabemos que jamás serán faltas, y si llegaran a serlo, ese hecho nos conduciría a ese extraño territorio de la traición y el remordimiento. Promesas que nunca nos abandonan, ni aún siendo quebradas y socabadas; que constituyen el claroscuro de nuestra alma y tal vez, sólo nosotros conocemos. Rara vez pronunciadas, son una intuición de nuestras verdades más hondas.

Y las hay insensatas, exiliadas de toda lógica y razón, hijas de la pasión y el arrebato, cuyo cumplimiento sabemos imposible desde el momento en que pronunciamos la última de sus palabras. Leves, olvidables, anecdóticas, pero también dulces y entrañables. A veces son recordadas con ternura sonriente, otras con rencor y su punzada dolorosa. Cuántas de ellas hemos pronunciado? ¿Cuántas veces las hemos escuchado? Creímos alguna vez en ellas, aunque sea por un instante? Proclamadas con la impronta de una absoluta veracidad, son susurradas en oídos amantes, dispuestos y solícitos a sus influjos engañosos. Con el tiempo, he desarrollado cierta adversión por ellas, pero, hay que confesarlo, ya presos de la pasión, no hay alternativa posible: prometamos y escuchemos los juramentos, después de todo, la promesa falaz es su verdadero lenguaje... te amaré toda la vida, todas las horas y todos los instantes mientras pueda latir mi corazón...haces que me sienta esclavo y amo del universo

En cuanto a mí, y en materia de tipificación de promesas, debo confesarles que he cumplido y quebrantado tanto de una como de otras. Y tal vez para incrementar la cantidad de promesas cumplidas, subo hoy los nuevos videos de ensayo. Espero que los disfruten.













enero 19, 2011

Fuego bajo la Piel


Pausa prolongada en la bitácora. Tanta fue su extensión que ya nos encontramos en ese momento reflexivo, de observación crítica, sobre la escenas montadas. Hay ajustes sutiles o drásticos cambios en algunas de ellas, orientados a profundizar la estética general y a pulir las transiciones que hacen fluir la obra como un todo y no como una secuencia de escenas inconexas. El universo de "Fuego Bajo la Piel" abrió sus labios y comenzó a hablarnos; entonces, el devenir de situaciones, donde lo onírico y lo simbólico habitan, comienza a sintetizarse de modo orgánico, sin asperezas, sin forzar nada, como olas en la playa.


Desfilan ante nosotros besos apasionados y ropas desgarradas, picnis soleados y oscuros azotes, blancos vestidos abandonados en jardines y ciertos aires de burdel enmarcan encuentros y desencuentros, plenos de romance, delicadeza, con dósis de sarcasmo y humor negro.


"Fuego Bajo la Piel" alberga nuestros ensueños anhelantes del amor-pasión; la pasión es nuestro ideal y no le rehuímos como a una fiebre maligna; evocamos e invocamos su fatalidad, pues es una bella catástrofe digna de deseo. El amor-pasión vive de nuestra vida, pues creemos que el amor es un destino, que se cierne sobre nosotros, impotentes y cautivos, para consumirmos en el fuego más puro, más fuerte y verdadero que la felicidad.


Y también, nos reímos de ser sus prisioneros, porque ¿acaso hay algo más absurdo que sufrir el desfalleciente poder de la pasión e insistir en ese sufrimiento? ¿Quién puede decir "yo no estuve allí"? Desde Tristán e Isolda pasando por Romeo y Julieta, hasta llegar a Los Puentes de Madison y toda la lacrimógena cultura del amor-pasión que vive de su imposibilidad, hemos disfrutando de la empatía del sufrir apasionado. Qué rídulo es el corazón humano (el mío, para empezar)


Pronto, los nuevos videos serán subidos. Les doy mi palabra